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Vaquillera

  Nuestra peña, mejor dicho, vuestra peña Vaquillera, nació allá por junio del año 1979 en el seno de la Casa de Teruel en Zaragoza y con socios de la misma. Como primer motivo estaba el juntarnos como peña para acudir a las fiestas de la Vaquilla de Teruel. A partir de esto, y con la situación que e vivía en Zaragoza, decidimos que había que cambiar unas Fiestas del Pilar a todas luces impopulares y sólo para el disfrute de unos cuantos. Desde aquel año, Angel Frax, "Califa", "Chispún", "Tarzán", Presen, Vicente Calvo, Emeterio, Maximino, Salvador, Valero y Michel entre otros, acordamos que debíamos trabajar en pro de las fiestas populares de Zaragoza.

Nuestras primeras salidas con charanga por las calles de Zaragoza despertarban la curiosidad de los vecinos que desconocían hasta la fecha lo que significaba unas fiestas populares.

Ya entonces, una de nuestras aspiraciones fue tener un local propio donde poder organizar nuestras actividades y juergas diversas, y poder compartirlas con nuestros vecinos y amigos.

Empezamos en el Restaurante los Baturros, ants había sido la sede de la Casa de Teruel y allí los primeros años teníamos localizado nuestro cuartel general. Pasamos por la calle Burgos y Escosura, para acabar en la calle San Roque, 31, nuestra actual sede. Siempre hemos estado vinculados al barrio de las Delicias, con el que hemos colaborado y participado muy activamente tanto en cuestiones cívicas y ciudadanas como festivas.

Desde el primer momento formamos parte de la denominada Coordinadora Interpeñas como en un intento de unir a las peñas con carácter reivindicativo. Participamos de las denominadas "Verbenas del Palafox" organizadas por la Delegación de Festejos del Ayuntamiento de Zaragoza, en los primeros intentos de convertir las fiestas paulatinamente en algo más cercano al ciudadano.

Más adelante, y ya desaparecida la Coordinadora, un grupo de cuatro peñas, entre las que estaba la peña Vaquillera, formó en 1985 la Federación de Interpeñas de Zaragoza.

De los primeros tiempos cabe destacar los actos que organizábamos en la peña: excursiones al pantano de Mezalocha, a las Grutas de Cristal en Molinos (Teruel), la Semana Santa del Bajo Aragón, Canfranc.

Las anécdotas más graciosas las tenemos todas las fiestas de Teruel, donde a través de la colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad encontrábamos alojo para todos nuestros enseres: pancartas, bombo, cajas, ropas. Y donde poder descansar.

Es para mencionar el año en que pudimos ¿dormir? en un colegio femenino (con la imaginación basta). Otro en el salón de plenos del Ayuntamiento que por obras se había trasladado al Seminario Mayor y otras veces en la Glorieta, a la orilla del Turia o si no en nuestros lugares favoritos: la estación o un portal.

Cada año con nuestros amigos de la peña Forca, desde hace más de doce años, cenamos juntos una noche de las fiestas del Pilar. Un año en su peña y un año en la nuestra.

Algún año hemos cortado la calle San Roque y después de haber montado bancos y mesas en la calle, en el tablado hemos montado una gran verbena.

Las primeras cenas consistían en una garbanzada. Por fortuna los últimos años el menú ha cambiado, evolucionando, según el año, en garbanzos con panceta, o garbanzos con chorizo, o garbanzos con morcilla, o garbanzos con tomate, o garbanzos con jamón. En fin estupendos menús para empapar, que es de lo que se trata.

En Carnavales nos hemos disfrazado de muchos motivos con variopintos elementos. De mejicanos con sombreros charros y grandes ponchos de colores con un Angel Frax de auténtico "manito", de ratones y ratas, de bebés con sus chupetes, pañales y caramelos gigantes. Un año, el disfraz del primer premio fue el de los muñecos de papel de periódico. Traje original donde los haya, pero incómodo hasta decir basta y si no que se lo pregunten a Emilio y al "Califa". Como disfraz estaba conseguidísimo. Una base de goma espuma que daba la forma de muñeco de broma, a la que se habían pegado hojas y hojas de papel de periódico. Por supuesto no podíamos casi ni andar por la rigidez de las formas, con los brazos abiertos y con grandes problemas añadidos después que las cervezas hicieran su efecto diurético, que es lo que les pasó a Toño y Lita.

Uno de los disfraces más elegantes que hemos llevado fue el de estilo veneciano, con largos tarjes negros con máscara, sombrero y velo morado. No hubiéramos reconocido nunca a Chispún si no fuera porque siempre estaba yendo a buscar cervezas.

Nuestro uniforme es un blusón negro con el escudo vaquillero (la estatua del "Torico" sobre la bandera de Aragón) y el parche correspondiente a cada año, camisa y pantalón blanco, cachirulo morado y faja morada.