jueves, 20 de octubre de 2011

Forca

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Peña Forca

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 Después de que alguno de los fundadores viviéramos de cerca las primeras reivindicaciones de fiestas populares y hubiéramos estado en los inicios de la peña El Brabán, acordamos montar una peña. Surge de la iniciativa de un puñado de jóvenes, vinculados a movimientos juveniles políticos de izquierda.
Andrés Barriendos, Juan Maria Bonilla, Jesús Benedi y Miguel Brunet, los únicos socios que hoy continuamos desde la fundación, teníamos en común el que nos habíamos conocido en la calle, jugábamos al fútbol y nos unía la idea de montar una organización cultural y recreativa en la que desarrollar muchas de nuestras aspiraciones y tener un local donde juntarnos.
Después de contactar con un montón de amigos de cada uno, proponemos una asamblea constituyente en la que quedaremos para discutir aspectos como el nombre, actividades, obligaciones y derechos de los socios, órganos directivos, etc.
En dicha asamblea, en la que estábamos alrededor de 20 personas aprobamos que nuestro funcionamiento sería asambleario, sin responsabilidades particularizadas y con el poder máximo para la Asamblea. El nombre de peña Forca resulta de una votación por diversos nombres y éste es elegido por ser un nombre fácil, sonoro y representativo de algo aragonés tradicional, tanto como el emblemático monte de Hecho.
Nuestra historia está repleta de todo tipo de actos:
desde la organización de verbenas hasta conciertos con figuras internacionales, desde chocolatadas infantiles a grandes comilonas en la perola más grande de Zaragoza, desde la participación en reivindicaciones pacifistas hasta las manifestaciones contra el trasvase, desde los locales más elegantes hasta las cuevas más cutres, desde la fiesta más original, como la de las olivas, hasta las Fiestas del Barrio del Carmen, desde la carroza más rara (una pala excavadora) hasta no sacar ni pancarta.
Los primeros movimientos fueron torpes, como los de todo ser nacido y con tropiezos. Hicimos nuestros estatutos con unos que nos dejó El Rebullo, que a su vez, les había dejado el Club Cultural Avanza de Delicias (1967). Como casi todos los que iniciamos la peña éramos menores tuvimos que buscar mayores de 18 años que quisieran firmar para la legalización. Así en los estatutos figuran Luis Bonilla, que fue el primer presidente; José Luis "Boby", Marta Castells, del Palacio de las Revistas, y Marcelo Pérez, del Bar Marcelo. Estos dos serían los puntos de encuentro de los forqueros durante muchos años.
El 14 de julio decidimos dar el paso definitivo y solicitamos la concesión del patio del antiguo cuartel de Hernán Cortés, el montaje de puntos de luz y un tablado, para celebrar la presentación de nuestra peña.
El programa fue el resultado de la imaginación, buena voluntad, trabajo y poco dinero. Por la tarde empezamos con juegos infantiles: Carlos Dagnino engañaba al público con sus pollos amaestrados, Pepe Briz y Pili la "peluquera" llevaban la tómbola. Asun maquillaba y hacía juegos con los niños. Luis, Boby, Toño, Nino y el Gafe estaban en la barra del bar. Y el resto preparando la verbena de la noche.
Conseguimos por poco dinero una actuación de The Bowlers, grupo zaragozano con repertorio Beatle. Nos quedamos tan satisfechos de la aceptación que tuvimos, y eso que nuestra capacidad de convocatoria era casi nula, que nos prometimos un futuro muy esperanzador.
Así que empezamos a mover contactos para captar más socios y pusimos en marcha todas aquellas estratagemas para sacar dinero. Los domingos vendíamos claveles en el rastro, Vía Augusta frente al Mercado Central; vendíamos cachirulos que habíamos recortado nosotros; pegatinas dibujadas a mano...
Decidimos alquilar un local para sede provisional del Pilar 1979 y a mediados de septiembre empezó la búsqueda y captura de local. Alguien conocía al dueño d eun local en la calle Italia, 90. Eran los bajos del Restaurante la Barca y se habían utilizado como almacén. Cabe imaginar la cantidad de mugre que tuvimos que mover.
Tuvimos que pintar las paredes de cal blanca para que por lo menos estuviera adecentado y con un aspecto limpio y presentable. Montamos una barra de bar, con los materiales acostumbrados -tablones, que han sido los salvadores de las estructuras de todas las historias peñísticas, papel de estraza y bidones, junto a los nunca bien ponderados clavos y cuerdas-. Las paredes redecoradas luego con banderas de Aragón y republicana, con posters de grupos de música y con un mural reivindicativo. La víspera de las fiestas aún estábamos poniendo cojines en el suelo para que el personal tuviera alojamiento confortable.
Ya que no teníamos "posibles" para contratar charanga nos agenciamos una caja y dos bombos. Los bombos los regalaron el Bar Marcelo y el Restaurante Chemari. Y eso era toda nuestra animación musical. Eso sí, cantábamos constantemente.
Como queríamos dar un aire más popular a nuestro uniforme, cambiamos las camisetas por el clásico chaleco negro de pana, al que le añadimos una cinta con las barras de la bandera de Aragón; el cachirulo y faja de cuadros negro y rojos clásico en Zaragoza y pantalón y camisa de color blanco representativos de la fiesta. Como el cierzo y el frío nos ha castigado algún Pilar muy seriamente hemos añadido elementos como la sudadera blanca.
A medida de que íbamos adquiriendo cierta experiencia, también nos embarcábamos en más aventuras. Nos movía el afán de que en nuestra ciudad hubiera auténticos actos populares. De repente nos encontramos recuperando las perdidas fiestas del barrio del Carmen, que en su segundo año llegaron ya a contarse entre las más concurridas de la ciudad. En la explanada asfaltada del cubrimiento de las vías del tren en Escoriaza y Fabro y Clavé se organizaban las verbenas.
De repente nos vimos enfrascados en organizar conciertos como el de Shakatak y Vº Congreso, o el de Inhumanos, Acolla y Dr. Simon, por cierto que ambos nos resultaron deficitarios y nos costó tiempo levantar el "pufo".
A lo largo de nuestra trayectoria hemos pasado por varios locales como sede. De la calle Italia nos fuimos a la calle Burgos, 15 y luego al 3, un local con solera y muy grande. A continuación vinieron Pamplona Escudero y la calle Ávila, auténtico pabellón porque montamos incluso escenario para actuaciones de orquestas en directo. Tenía forma de U y una gran barra que regentaban Ventura y Joaquín. Los años que montamos el Urbano en Césareo Alierta cambiamos el rumbo y en vez de buscarlos entre el barrio del Carmen y Salamanca, nos movíamos hacia el centro, Hernán Cortés, María Lostal dan paso al de Escoriaza y Fabro, que se hizo célebre por sus recenas. Tan célebre que Buj decidió recortar drásticamente que acudiera a recenar media Zaragoza de ir a las vaquillas.
De este local nos trasladamos, gracias a la especulación, a la Almozara. Primero en un local de la calle Río Guatizalema y ahora en la calle Río Duero, donde al cabo de muchos años tenemos sillas de verdad y hasta aire acondicionado.
Y por tener tuvimos hasta en Pamplona, en la calle de los Ajos, donde un año abrimos un local con actuaciones en vivo de Sokyra para alucine de los pamplonicas.
Siempre hemos sido una organización muy comprometida con nuestro entorno y por ello hemos estado y seguimos estando presentes en todas las reivindicaciones a favor de nuestro Aragón.
Y de fiestas seguiremos durante muchos años preocupándonos de que no sean solo risas, comer y beber sino que sea una auténtica manera de celebrar y vivir nuestras tradiciones culturales.



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